La costa de los piratas

Vigente.

Barbarroja era uno de los más destacados piratas en la primera mitad del siglo XVI.

Barbarroja era uno de los más destacados piratas en la primera mitad del siglo XVI.

 

Los ataques de piratas y corsarios convertían la costa mediterránea en un lugar muy peligroso. Una zona de guerra permanente donde los residentes se jugaban la vida, denominada por los historiadores “la costa de los piratas”. Las incursiones arrasaban las ensenadas, las comarcas más cercanas al mar. Y la ausencia casi total de población, junto a la connivencia de los moriscos, facilitaba que incluso las cabalgadas penetrasen hacia el interior del territorio almeriense. Como las que arrasaron la ciudad de Vera o la villas de Lucainena y Tabernas a comienzos del siglo XVI.

¿El botín? Lo que pudiese ser transportado y embarcado en las naves: víveres, animales, objetos valiosos…, pero, sobre todo, las personas que eran vendidas como esclavas en el Norte de África.

¿Cómo se consiguió detenerlas y asegurar la costa? Estableciendo una red de fortalezas (Los Escullos, Villaricos, Rodalquilar…) y torres de vigilancia (Torregarcía, Guainos…) que progresivamente fueron permitiendo que las zonas costeras pudiesen ser habitadas.

El lector puede ampliar estos apuntes en las páginas 70 y 71 del tomo 3 de la Historia de Almería, “Fortificación y defensa de la costa”, escritas por Valeriano Sánchez Ramos.

El castillo de Matagorda pretendía controlar la entrada marítima a la costa del Poniente.

El castillo de Matagorda pretendía controlar la entrada marítima a la costa del Poniente.